Son pequeños fragmentos proteicos biológicamente activos segregadas por todas las células del organismo, especialmente las plaquetas, glóbulos blancos y proteínas del plasma sanguíneo. De especial interés para nosotros es el factor de crecimiento epidérmico, cuya capacidad de inducir la proliferación celular a nivel de la piel es indiscutible.

La aplicación en mesoterapia profunda o superficial de estas sustancias autólogas, derivadas de la misma sangre del paciente (lo cual reduce a cero los riesgos de alergias, efectos secundarios y contraindicaciones), genera grandes cambios en la piel envejecida o no. Aumenta su grosor, restaura la vitalidad y luminosidad, recupera la elasticidad, la circulación y la tersura.

Todos los factores de crecimiento regulan el proceso normal de la piel y el proceso reparador de la misma, logrando así el efecto rejuvenecedor.

El paciente notara un efecto de calor inmediatamente después de la aplicación pudiendo ver cambios positivos en la zona tratada de forma inmediata.